Pregón (haz clic para leerlo entero)
La soledad del pregonero...
Y ahora que todos se han ido...
Ahora que llega el final
quiero bordar en tu manto
con hilos de eternidad
una plegaria cantada
por un coro angelical.
Detrás del brillo que tiene
el pregón de la ciudad...
de los aires, de las ínfulas
de estas tablas sin igual...
Porque estás en el perfume
que desprende el azahar
cuando rompe los naranjos
y comienza a soñar.
Porque estás hasta en lo oculto,
en la extrema oscuridad,
en los áticos del alma
que nadie puede alumbrar,
si no es tu cara tan fina,
tan frágil como el cristal.
Detrás de toda mi vida...
detrás de todo, detrás...
en un mundo de mentiras
solo Tú eres mi Verdad.
Detrás de tanto egoísmo,
tanto embuste y falsedad...
Detrás del oro y la plata,
tras el lento caminar
de un nazareno descalzo
que llegue a la catedral...
Detrás de las papeletas
de sitio y las igualás....
Detrás de todo, mi vida...
Estoy seguro que estás.
Porque al igual que la arena
busca el refugio en el mar,
o ese viento de levante
pelea con su rival...
Como el sol de la campiña
a lo lejos, al final
del horizonte regresa
cada noche a descansar...
así es como yo te miro...
Así te voy a buscar.
Pues si fuera tu madera
carne de cuerpo mortal,
si tus manos se pudieran
de ese clavo separar...
Yo no sé que pasaría
si bajaras de tu altar...
Y ahora que todo termina,
que el telón se va a postrar,
que los sueños de este iluso,
serán al fin realidad,
por última vez te digo
que el pregón se muere ya
que ese clavo de tus manos
me lo quiero aquí clavar...
Igual que a tu corazón
lo atraviesa ese puñal...
Y ahora que todos se han ido...
Ahora que llega el final...
Sólo me queda rezarte...
Solo tú...
mi Soledad.
José Vegazo Mules (2016)